jueves, 5 de septiembre de 2013

La obligada compañía del corredor en círculos. En casa



5 de septiembre de 2013


Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, decía Aristóteles, que era repetidamente excelente, no es un solo acto sino un hábito. Yo mismo he hecho cosas bien muchas veces, incluso a diario (aunque, desde luego, correr no es una de ellas).


El que intenta conseguir un gran logro de una sola vez
, afirmaba asimismo Samuel Johnson, lo más posible es que no consiga nada en absoluto.

¿Por qué reproduzco estas motivantes máximas? ¿Para convertir mis escritos en lucrativas pamplinas de autoayuda? Debería. Autoayuda. Qué término tan gracioso. Ya que me autohablo, me autoanimo. Además mi mujer se fue de viaje y me ha traído de regalo otros leotardos. Así que salgo a correr. Ya en León. Pues así siempre. Venga. Un pie detrás del otro, me autodigo. Durante quince minutos. El viaje más largo empieza por un solo paso. Ya. También el más corto.

Un libro de autoayuda normal escrito por el Anticristo (o por Ron Swanson) en persona. Pues no vendió nada. Se fue enfadadísimo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario