lunes, 30 de septiembre de 2013

La obligada compañía del corredor en círculos. De complementos predicativos



30 de septiembre de 2013


¿Qué separa a un despreocupado y noctámbulo juerguista de un resacoso imbécil? o ¿qué diferencia a un joven tarambana de un señor alcohólico de mediana edad?

El tiempo, por supuesto. Aunque también el dinero. Pero, sobre todo, el hábito. Y no me refiero a la ropa: toda esta gente que cito lleva chándal. Para mí un hábito (saludable) es ejecutar alguna actividad que no me guste nada (correr, comer sin grasas ni azúcares…) a diario. Una cosa desagradable que se lleve a cabo una vez al mes no es un hábito: es una menstruación.

Corro veinte debiluchos minutos y empiezo otro (creo que es el trigésimo octavo) periodo o ciclo depurativo. Empieza octubre. Los días se agachan. Es hora de recobrar otoñales rutinas. ¿Lograré mañana doblar mi marca de hoy? Véase la respuesta en la nota.*

*No.







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