La obligada compañía del corredor en círculos. Sexual Healing
26 de marzo
de 2016
Sigo el romance conmigo
mismo y hasta empiezo a mirarme con cara de imbécil y mis chistes me parecen
graciosos, mis dibujos exquisitos y mis opiniones, pertinentes. De todas formas
continúa la dialéctica entre ser muy bueno y poner las manos encima de la mesa
y juntar curilmente las puntas de los dedines, como los médicos del Opus o los
escritores sudamericanos o, por el contrario, coger tres cervezas y atiborrarme
a fritos. Lo que haré en cuanto se reanude la Liga. O antes. O ahora.
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