jueves, 24 de abril de 2014

La obligada compañía del corredor en círculos. Abril



7 de abril de 2014 | Skinny feels

Después de un fin de semana largo (quiero decir que he hecho el idiota viernes, sábado y domingo) hago como que no ha pasado nada. Pero se conoce que sí. Que ha pasado. Yo. Yo me he pasado.

10 de abril de 2014 | Endolinfa y teratofilia


Hoy, después de correr un rato por la tarde me descubro con horror a mí mismo, duchado y enjuto, cenando una ensalada mientras miro una película de Tarkovski.
Dios mío, ¡¿en qué me he convertido!?



24 de abril de 2014 | Las potencias del alma


Dice Flaubert de Bouvard y Pécuchet, cuando empieza a tomar cariño a sus dos personajes: “Entonces una facultad lamentable surgió en su espíritu, la de ver la estupidez y no poder, ya, tolerarla”*.
La brillantez de la frase descansa en el calificativo lamentable.
Reconocer y repugnar la estupidez constituye, en efecto, una horrible tara. Podría amparame en eso para escribir poco; en mi reluctancia a redactar tonterías. Pero no sería cierto: también corro lo mínimo. Catorce días sin torturar suelas y cordones. Frío de nieve (otra vez); noventa kilos; media hora; cinco kilómetros; estado de la mar: marejadilla. Dinero: le extraerán una inesperada suma. Amor: usted verá.

*Alors une faculté pitoyable se développa dans leur esprit, celle de voir la bêtise et de ne plus la tolérer.





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