martes, 21 de enero de 2014

La obligada compañía del corredor en círculos. La vita nuova



20 de enero de 2014



Como mis  própositos de año nuevo incluían despertarme al amanecer y no sólo correr sino nadar y levantar enormes pesos en los higiénicos recintos destinados a ello… pues empiezo por resoplar normal el día veinte de enero a la una de la tarde. Este dilatadísimo mes, tóxico y melancólico, me ha enseñado que los depresivos deprimen y que los estimulantes también, pero después. Elige la vida. La de otros mejores, a ser posible. Luego de esta enorme holganza hago mi recorrido bajo el sol frío del invierno sin dolores concretos ni fatigas extremas. Inaudito.

Neumotórax
(ya no se pone con pe delante: pneumotórax, voz que resultaba fenomenal): es la palabra de hoy. Me cuenta un amigo que tuvo uno. Se le rasgó la pared de un pulmón de arriba a abajo, como el velo del Templo de Salomón. Me explica que el ejercicio violento (para mí todo ejercicio es violento) es enormemente saludable para los tejidos de estos órganos cuyas dos capas exteriores (pleura parietal y visceral) vibran o se unen con ello (con el ejercicio aeróbico). 

Los pulmones no son iguales. Uno tiene dos lóbulos (el izquierdo) y otro, tres (el derecho, en efecto). Si no lo creen pueden dejar constancia de ello en los comentarios.

Y en estos soplos paso mi jornada uno punto cinco.















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