27 de enero de 2014
Hoy, a las ocho de la noche, con una sensación
térmica de menos cuatro o menos cinco grados y cuando llevo unos
quince minutos corriendo me doy cuenta repentinamente de que estoy documentando mi propia
decadencia y vejez. Dejando caer (como Cela en Mazurca para dos muertos con las nueve señales del hijoputa) las
cosas que pierdo y que no volverán. Anda por ahí la primera: no poder dormir la mañanada. Por
cansado o resacoso que esté. La segunda: la tabla de multiplicar. Nunca he sido
bueno con los números pero se me están olvidando los normales: el ocho por
siete, el nueve por ocho… Lo tengo que pensar. Cuando tenga problemas con la
tabla del seis sabré que todo ha terminado.
Tener que pensar las tablas de multiplicar supongo que es bueno, querrá decir que aprendes razonando y no sólo memorizando...
ResponderEliminarA otra cosa. No sé si el tema de si las zapatillas son esenciales para el ejercicio del trote quedó medianamente cerrado. Vengo aquí a añadir un artículo que pueda aclararlo... o no:
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/02/140206_mitos_medicos_realmente_zapatos_deportivos_finde_jgc.shtml
Si uno tiene que razonar cada vez que utiliza el sistema decimal, el sexagesimal o incluso el binario, malo.
ResponderEliminarY creí que habíamos zanjado el tema de las zapatillas deportivas: que son un timo.