22 de febrero de 2014
Ole. Casi un mes haciendo el mal. Veintiséis días
concretamente sin salir a correr. Nuevo récord personal. Mientras tanto el
cielo se ha desplomado sobre nuestras cabezas en forma de ciclogénesis explosiva
con vientos asaz desproporcionados, olas francamente impertinentes y
precipitaciones muy mal educadas. Es el momento del control de daños: noventa y
un kilos y el flanco sur del perímetro de Villa Modorra (que yo mismo erigí) derribado.
Una imagen que me produce un fuerte impacto, como la contemplación de un hombre
muerto…
El tercer signo del carcamal son los capilosidades desacomodadas y extemporáneas. Creo que la cura definitiva a la alopecia reside en las células madre no del cuero cabelludo sino de los pelos de orejas, espalda, hombros, nudillos y culo, donde estos vellos, con el tiempo, se hacen fuertes tanto en su hirsutez como en su obstinación.
El tercer signo del carcamal son los capilosidades desacomodadas y extemporáneas. Creo que la cura definitiva a la alopecia reside en las células madre no del cuero cabelludo sino de los pelos de orejas, espalda, hombros, nudillos y culo, donde estos vellos, con el tiempo, se hacen fuertes tanto en su hirsutez como en su obstinación.
¿Me he metido yo con usted? ¡No! pues deje de meterse con mi sistema piloso. "Un hombre lo es no por el dónde si no por el cuánto"
ResponderEliminarSupongo, SFZ (si es que es ése su verdadero nombre) que su misterioso comentario (que le agradezco) se debe a que posee tanto vello como orgullo. Desde aquí le puedo asegurar y le alegrará saber que, según pasen los años, poseerá cada vez más... orgullo.
ResponderEliminar