27 de noviembre de 2014
Frío contundente y viento de cara tanto al correr en
dirección norte como al correr en dirección sur. Me pasa mucho. Hoy en la esquina rosada no escucho nada destacable. Es una esquina, como digo, geosimpática y singular. Enorme. Donde acaban la Avenida de la Facultad (muy apropiado) y la calle Cartagena, va a morir o empieza la Corredera (oh), da a la plaza de toros y hacen chaflán un bar panorámico y una tienda de motos. También está el que, durante años, fue uno de los dos lugares de León donde se giraba a la indonesia (ciento ochenta grados sin necesidad de dar la vuelta a la rotonda).
Más pronto hablo de Pla, más lo veo en todas
partes. Han reencontrado o publicado unos diarios veteranos, de la masía. La otra punta de El cuaderno gris, digamos. Están
escritos, como es natural, muy bien y con mucha mala leche. Pero debemos tener cuidado con lo que anotamos: sólo destacan que bebía más de la cuenta
y que se la cascaba.
El hombre habla de más cosas. Hasta trata turbios asuntos de espionaje y de política internacional. Pero sobre todo sacan lo de empinar el codo. Y lo de las pajas.
Pero un hombre no corre con el hígado. ¿Con qué corre un hombre? |
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