25 de agosto de 2015
Cosas normales. La Luna crece, empieza la Liga —empatamos a cero en el Molinón. Cojonudo, Floren—, tomo whiskies, me baño en el océano… Voy y vengo del pueblo por motivos… Corro en León y mi salmo responsorial es la superficie. No hay nada más en esta cucaña a la que me encaramo cada vez con más apuros —hoy he de apelar a toda mi voluntad para hacer veinte escuetos minutos—: sólo la efigie. Trato de encontrar —sin conseguirlo— una cita de Keith Richards. Venía a explicar que uno podía tener las asaduras hechas puré de morcilla por la heroína, pero con un buen bronceado todo el mundo te iba a decir que tenías un aspecto espléndido. Eso. El aspecto.
Cosas normales. La Luna crece, empieza la Liga —empatamos a cero en el Molinón. Cojonudo, Floren—, tomo whiskies, me baño en el océano… Voy y vengo del pueblo por motivos… Corro en León y mi salmo responsorial es la superficie. No hay nada más en esta cucaña a la que me encaramo cada vez con más apuros —hoy he de apelar a toda mi voluntad para hacer veinte escuetos minutos—: sólo la efigie. Trato de encontrar —sin conseguirlo— una cita de Keith Richards. Venía a explicar que uno podía tener las asaduras hechas puré de morcilla por la heroína, pero con un buen bronceado todo el mundo te iba a decir que tenías un aspecto espléndido. Eso. El aspecto.
El que trabaja las tierras de uno de
mis vecinos —en el pueblo, aparte de mi lejano Gatsby que se llama
Tarsicio, los vecinos no son personas: son tierras de labranza— viene
a poner el riego en la tierra de al lado. Los Pajaritos, como
llaman al fino y vertical dispositivo de aluminio que, conectado al canal de
Payuelos en su fase I escupe en alto agua a los cultivos. Muy bonito de ver.
Es… refrescante —Dios me perdone—. Coincido,
como digo con él en la cancela y le invito a pasar y tomar una cerveza. Yo no
tomo nada. Antes de entrar me alaba el coche —ahora tengo un coche tremendo— y,
ya dentro de la finca, en el portalón donde dejo unas bisagras que acabo de
comprar para intentar hacer una estantería charlamos un rato sobre sus maíces —los
usa para dar de comer al ganado—, sobre que no se me ve en el bar del pueblo y
sobre lo curiosa que tengo la hierba y los setos. Bien. El hombre saca pues
tres conclusiones erróneas:
Sobre el coche: que soy rico y próspero.
Sobre el césped y las bisagras: que
soy hábil y trabajador.
Sobre la cerveza y el bar: que no
bebo.
Moraleja: todas las apariencias
inducen al error. Pero no tenemos más referencia, así que vivimos perpetuamente
equivocados.
Por
supuesto, después de enredar hora y media y sudar en vano, no consigo hacer
nada con las putas bisagras, que guardo en una habitación de herramientas junto
a otros muchos dormidos utensilios que me han olvidado hace tiempo.
Oh, yeah, you are the great pretender (y no Freddy Mercury). La impostura. Las máscaras del héroe. La construcción autorreferencial del yo que articula y sostiene la fachada que ofrecemos al otro.
ResponderEliminarYes, I am. Pretending that I'm doing well and my need is such and I pretend too much. En cambio tú eres gay like a clown with your heart like a crown o no sé qué. En total, que eres gay. Juá, juá, juá.
EliminarTengo que mirarme el superyó (el Über-Ich), que ya tiene más de cien mil kilómetros.
Gayer than a maypole.
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