22 de septiembre de 2014
Dialécticas. Apocalípticos e integrados. Bandos. En
España, como señaló Freud, que era un poco psicólogo, tendemos al fanatismo. Me
noto esa pulsión, que atribuyo a la vagancia. El pensamiento perezoso taxonomiza rápidamente:
bueno / malo. Conveniente / inconveniente. Bello / horrible. Esto, claro, no
tiene nada que ver con la
realidad. Aunque se suele dividir entre platónicos (tendentes
a la generalización) y aristotélicos (que gustan de la diferencia y la
individualidad), los dos estaban de acuerdo en muchas cosas. Por ejemplo y sobre
lo que nos toca: tanto Platón como Aristóteles eran partidarios de la educación
física y los dos, enemigos del tipo de vida llevado por los atletas
profesionales, a los que veían sobrealimentados y somnolientos (República y Ética a Nicómaco, respectivamente). Me explico: como no quiero
llegar (otra vez) a una inauguración mía hinchado como un odre, llevo casi un
mes sin comer ni beber. La eterna pelea entre Dioniso y Apolo, entre Joe
Strummer y Chicote (me parezco a uno u otro según mi comportamiento)… Las
riberas del Bernesga están ahora llenas de árboles y vegetación. Lo que me hace
pensar también en dimorfismos urbanos, en la cristalización de las ciudades en
sistemas diferentes; hay ciudades carnívoras y herbívoras. León es sin duda una
ciudad herbívora. Vacuna, incluso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario