28 de enero
La energía de las personas se produce como resultado de la descomposición de los carbohidratos, grasas y proteínas de un enlace químico dentro de una pequeña molécula, llamada trifosfato de adenosina, en cada célula del cuerpo. El ejercicio moderado y constante quema grasa, el ejercicio aeróbico, explosivo o repentino quema glucógeno y proteínas. La práctica continua de un ejercicio aeróbico hace que se use cada vez más grasa y menos carbohidratos (que son almacenados como glucógeno).
La energía de las personas se produce como resultado de la descomposición de los carbohidratos, grasas y proteínas de un enlace químico dentro de una pequeña molécula, llamada trifosfato de adenosina, en cada célula del cuerpo. El ejercicio moderado y constante quema grasa, el ejercicio aeróbico, explosivo o repentino quema glucógeno y proteínas. La práctica continua de un ejercicio aeróbico hace que se use cada vez más grasa y menos carbohidratos (que son almacenados como glucógeno).
Dicho de otra manera: una
persona haciendo ejercicio no se queda nunca sin grasa pero sí sin glucógeno,
aminoácidos, ácido láctico o glicerol. La buena noticia es que con la grasa que
tenemos podemos correr casi indefinidamente (en mi caso, seguramente hasta
Tarifa). La mala noticia es que no extraemos la energía de la grasa sin
entrenamiento; y que al cabrón del organismo le gusta mucho conservarla y
prefiere quemar todo lo demás antes de empezar con ella. Por eso los atletas no
se avituallan con panceta.
Todos estos datos no me
amohínan. Hoy he corrido mucho rato y me he cansado poco. Y eso que temía lo
peor: ayer vi tres partidos de fútbol con sus cervezas correspondientes AUNQUE sintiéndome
enormemente contrito. Es posible que el remordimiento queme ácidos grasos y lo
de que la culpa le devora a uno por dentro sea literal. Si hubiera campeonatos de
esto, de no disfrutar nunca de nada, creo que ya lo tengo dicho, sería invencible.
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